viernes, 31 de diciembre de 2010
2010
Como afirmaba en mi entrada anterior, el año que acaba de terminar ha resultado bastante complicado en lo cinematográfico. Mucha morralla, y que recuerde nada auténticamente arrebatador. Las mejores películas de año han sido, en mi opinión:
"Bright Star", de Jane Campion, o la demostración de que es posible hacer lo que solemos llamar una "película de época", delicada y por momentos preciosista, sin por ello caer en el academicismo. Se trata de una película de 2009, estrenada con mucho retraso en nuestro país.
"Uncle Bonmee recuerda sus vidas pasadas", de Apichatpong Weerasethakul, una obra misteriosa, poética y a veces desconcertante, que queda anclada en el subconsciente de manera inexplicable.
Con sus defectos, pero sobresaliendo con mucho por encima de la media, también me han gustado:
"Un profeta", de Jacques Audiard. Pese a su sobrecarga de testosterona, creo que se trata de cine poderoso y con clase, que crece en el recuerdo a medida que pasa el tiempo.
A "La vida en tiempos de guerra" de Todd Solondz le ocurre justamente lo contrario, pero se disfruta enormemente mientras se contempla.
"Un tipo serio", de Joel y Ethan Coen. Curiosamente, me la perdí en el cine, pero me la encontré por sorpresa en el precario monitor de un autobús de largo recorrido. Me mantuvo entretenidísimo durante dos horas. Una magnífica comedia negra que sólo desfallece ligeramente hacia el tramo final.
"Vincere", de Marco Bellocchio. Un festival de excesos, y también de creatividad.
"El escritor", de Roman Polanski. Maravillosamente rodada, pese a la banalidad de su guión.
"Two lovers", de James Gray. Pequeña película, bien hecha, bien contada.
"Canino", de Yorgos Lanthimos. Sus manifiestas pretensiones arty, y el hecho de que se trate de una película mucho menos original de lo que su autor quiere hacernos creer, no eclipsan un innegable poder de fascinación.
"La cinta blanca", de Michael Haneke. Tan manipuladora y tramposa como agradable de contemplar.
"Poesía", de Lee Chang-Dong. Otra muestra de buen cine gracias a una puesta en escena que pasa por encima de las convenciones de su escritura. Beneficiada por la interpretación soberbia de su actriz protagonista.
También tenían un pase algunas obras menores de grandes directores ("Conocerás al hombre de tus sueños" de Woody Allen, "Copia certificada" de Abbas Kiarostami, "La chica del tren" de Téchiné), la enésima demostración del magnetismo de Isabelle Huppert en "Villa Amalia" de Benoît Jacquot o la muy interesante y compleja obra del tándem Sabroso-Ayaso "La isla interior".
La lista de malas películas estrenadas este año sería bastante más larga. Pero, ¿qué sentido tiene regresar a ellas? Mejor será sepultarlas y dejar lugar en la memoria para lo que está por venir.
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