lunes, 20 de septiembre de 2010
El padre travestí
La premisa argumental de “Todo lo que tú quieras”, de Achero Mañas, incorpora una buena idea. Tras la muerte de su esposa, un hombre se traviste para suplantar a la fallecida aliviando el dolor de su hija, apenas un bebé. Se nos lleva así al terreno conocido de los padres que hacen por sus hijos lo que haga falta, todo lo que ellos quieran, lo indecible, lo incomprensible, incluso lo que no necesariamente les hace ningún bien. Pero, esta vez, combinado con algunos tímidos apuntes sobre los roles familiares y sexuales.
Esta idea podía haberse desarrollado de muchas maneras, y generado todo tipo de reflexiones sobre la identidad individual, lo masculino y lo femenino, la necesidad humana de la ilusión para maquillar y afrontar los sinsabores de la realidad, etcétera. Seguramente a Bertrand Blier o Marco Ferreri les habría encantado semejante material.
Mañas no es tan sensacionalista como el primero de los directores citados, ni tiene tanto talento como el segundo, así que se limita a proporcionar a su magnífico punto de partida un convencional tratamiento narrativo y estético cercano al buen telefilm (si es que eso existe), lo que no impide por completo que su película se siga con cierto interés, e incluso que resulte ocasionalmente conmovedora. Entre los fallos más flagrantes, el personaje de José Luis Gómez (que es, por lo demás, un actor soberbio) resulta algo endeble y está muy burdamente diseñado, lo que resulta fatal para una cinta del estilo de ésta, en la que todo comportamiento ha de sustentarse psicológicamente de manera férrea para ser asimilado por el espectador. Por el contrario, encuentro que el protagonista de Juan Diego Botto evoluciona sin fisuras a lo largo de toda la película, y que, sobre todo, el actor ejecuta una interpretación extraordinaria, de libro. Botto es un actor al que nunca había apreciado demasiado, pero en esta ocasión debo decir que me ha maravillado. Con un aplomo y un gravitas pocas veces visto en los actores españoles de su generación, combinando la hondura del registro con una inusual cualidad de estrella, realiza un trabajo impecable, digno de todos los premios que le quieran conceder. Su trabajo todo lo explica sin necesidad de más subrayados, todo lo sostiene y justifica, haciendo auténticas filigranas en favor de la verosimilitud y la consistencia de la película, que gracias a él jamás se ven comprometidas. Desde que vi la película tengo sus enormes ojos un poco vacíos y la expresión apretada de su rostro grabados en mi mente. Si se lo propone, Botto puede dejar a Bardem -cuya evolución hace temer un espantoso futuro de manierismos y muecas tipo de Niro- a la altura del betún.
NOTA: Antes de la película de Mañas, los Cines Yelmo nos obsequiaron con un trailer de "Amador", lo último de Fernando León de Aranoa. O el autor del trailer pretende hundir a la productora por algún oscuro motivo, o todo parece indicar que el asunto va a ser algo verdaderamente horroroso.
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