miércoles, 26 de enero de 2011

Oscars 2010: las nominaciones. Sorprenderse o no.



Ya se han hecho públicas las nominaciones a los Oscars 2011. No creo que a estas alturas quede nadie que no sepa que el español Javier Bardem ha sido incluido entre los finalistas en la categoría de mejor actor. La verdad es que en las últimas semanas había desaparecido de las listas de favoritos, perdiendo posiciones frente a otros actores que finalmente han sido descartados, como Ryan Gosling o Mark Wahlberg. Sin embargo, su nominación tampoco puede considerarse una sorpresa. Eso sí, hay que decir que el mérito de Bardem es considerable: son muy pocos los actores que consiguen colarse entre los nominados con interpretaciones en idiomas distintos del inglés, y él lo ha logrado ya en dos ocasiones (aparte del oscar al mejor actor que finalmente se llevó por otro trabajo que sí era en inglés). Si por mí fuera, todos los premios de interpretación del año serían para Lambert Wilson y Michael Lonsdale por “De dioses y hombres”, pero sería injusto negar que Bardem es un gran actor y que se ha ganado a pulso casi todos los honores que tiene. Ahora bien, la película por la que ha sido nominado esta vez, y que también compite como mejor cinta extranjera, me parece horrenda.

Hablando de esta última categoría, ahí sí que (como casi siempre) se han producido algunas sorpresas. Aún me dura la perplejidad por el hecho de que se haya nominado a “Canino”, la película griega. El filme de Yorgos Lanthimos, que está muy bien, era a priori bastante poco oscarizable, por su crudeza temática y su riesgo narrativo y formal. Pero quien concluya que han resucitado los tiempos en que al oscar al mejor filme extranjero optaban Bergman, Buñuel, Fellini o Kurosawa andará bastante desencaminado. Esta categoría suele ser una de las más conservadoras de un certamen ya de por sí bastante conservador, y en las últimas tres décadas la mayoría de lo que ha premiado no supera la irrelevancia. Ha habido excepciones (Almodóvar en 1999, Bergman en 1983), pero son pocas. Por otra parte, hay que recordar que este año se ha excluido, entre otras, a la mencionada “De dioses y hombres” o a “Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas”.

Otra candidatura que también me ha sorprendido en la de la italiana Antonella Cannarozzi, por el vestuario de “Yo soy el amor”. Por lo general, este es coto exclusivo de las películas de época. El espléndido trabajo de Cannarozzi, puesto al servicio de la definición de los personajes tanto como de lo meramente decorativo, es de lo mejor de esta película enfática y amanerada, aunque los modelos de Jil Sander tienen mucho que ver en el impacto causado por tan espléndido guardarropa.

En cambio, lo que no me sorprende nada es la generosidad con que ha sido tratada “El discurso del rey”. Lo extraño sería que le hubieran caído menos de diez candidaturas. Se trata de un producto elaborado desde el inicio con el propósito esencial de arrasar en estos premios, y al frente del invento hay unos señores (y no me refiero a su director, que naturalmente es un mero funcionario que aporta su firma y poco más) que saben bien lo que hacen, porque llevan muchos años haciéndolo. Bueno, pues nuevamente han logrado su propósito. El día que además consigan una gran película, será el delirio.

Por el momento, les damos la enhorabuena.

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