martes, 10 de agosto de 2010
Nuevos y brillantes
Crítica de arte que publiqué el pasado mes:
La muestra de arte itinerante Ertibil ha llegado nada menos que a su vigésimo séptima edición. El resultado de la cosecha de este 2010 se exhibe estos días en la Sala Rekalde de Bilbo para después viajar a otras localidades de Bizkaia. La cita incluye más de un aliciente que descubrir.
Nuevos y brillantes
Sea en las circunstancias que sea, el alumbramiento de una nueva remesa de Ertibil es en sí mismo una buena noticia. No hay que olvidar que hablamos ya de veintisiete ediciones, a lo largo de las cuales se ha dado cabida a todo tipo de tendencias y sensibilidades expresivas: muy probablemente, si volviéramos la vista atrás para escrutar el camino recurrido nos encontraríamos con un amplio muestrario de lo que ha constituido la creación artística vasca en las tres últimas décadas, y por tanto con un bosquejo de lo que ésta incorporará en los años aún por llegar. Algunos de quienes hoy disfrutan de mayor amplio reconocimiento dentro de la escena artística (desde Jon Mikel Euba hasta Miguel Angel Gaüeca, desde Manu Muniategiandikoetxea hasta Sergio Prego) fueron en su día seleccionados por alguno de los jurados de Ertibil, que elige una veintena de obras, de entre las cuales se destaca además un trío de premiadas. El resultado de la edición de este año acaba de inaugurarse en la bilbaína Sala Rekalde –por primera vez, bajo la batuta de su nueva directora, Alicia Fernández- para, posteriormente, desplazarse a las localidades de Elorrio, Lekeitio, Barakaldo, Galdakao, Zalla, Gernika y Markina. Dos son, por tanto, los rasgos característicos y esenciales del evento: uno, su vocación de apoyo a los nuevos creadores; el otro, su naturaleza itinerante, que incide en un carácter divulgativo que busca al espectador allí donde éste se encuentre. Que es, precisamente, aquello para lo que los artistas –en especial los aún no consagrados- suelen encontrar más dificultades: así que, una vez más, bienvenida sea esta Ertibil.
En esta ocasión, de entre las 174 obras presentadas se confeccionado una selección de 17. Como cabía esperar, la calidad del conjunto es variable, aunque también ha de decirse que la media resulta más que respetable, y que en el conjunto comparecen diversos ejemplos que apuntan con decisión hacia una auténtica voz propia, lo que no es poco. Así, tenemos a la ganadora, Itziar Barrio, que con “The Paradise is here” realiza el estimulante ejercicio de alteración (¿mutación?) de la realidad enfrentándola a su representación, para definir un escenario turbiamente intranquilizador. La lectura simbólica se hace inevitable a los ojos del espectador, que se ve así empujado a aplicar a lo que tiene ante sí los sistemas de descodificación a su alcance. Por su parte, la segunda premiada, Bego Antón, ofrece en su serie de fotografías “Txerriboda” una interesante aproximación –entre lo antropológico y lo sencillamente irónico- a los signos de identidad colectiva, a los ritos y costumbres que no sólo derivan de un contexto social e histórico, sino que también -a su manera sanguinaria o genuina, según la opinión de cada cual- contribuyen a la definición de éstos. El relativo naturalismo del trabajo de Antón excluye por fortuna los tintes tremendistas, mientras que en su mirada relativamente franca y frontal tampoco hay sitio para la ingenuidad.
Completando la terna está Nadia Barkate con “Lonas rojas”, díptico que combina tosquedad y sofisticación con extraños ecos orientalistas. Las tres obras destacadas han sido realizadas por mujeres bilbaínas nacidas entre 1976 y 1983, y que además presentan ciertos puntos convergentes en sus trayectorias. Así, Barrio destaca por una vocación multidisciplinar, que la ha llevado al vídeo de animación, la fotografía, el dibujo o la instalación, en ocasiones mezclando varias de estas disciplinas para profundizar en el empleo del volumen y la forma con afán expresivo. En los últimos tiempos ha encontrado en la ciudad de Nueva York un ámbito vital y creativo propicio para sus cada vez más ambiciosos proyectos multimedia. Antón y Barkate, por su parte, también han utilizado profusamente el vídeo y a la imagen digital a lo largo de su carrera.
Entre el resto de seleccionados abundan tanto el género femenino como la preocupación por los factores que determinan la construcción de la imagen y su significado, destacando la fotografía “Toi”, de la donostiarra Izaskun Alvarez Gainza (que ya estuvo presente hace unos meses en Montehermoso con “De la scène, à travers”), Iranzu Antona, Raquel Félez, Dámaris Pan, Ohiana Goenaga u Oihana Vicente, que fue una de las participantes del I Proforma 2010 del MUSAC orquestado por Txomin Badiola y los ya mencionados Jon Mikel Euba y Sergio Prego. Del resto poseen indudable interés el collage digital de Juan de la Rica “Los cuatro humores”, cuyo trabajo remite generalmente al pop y al comic de línea clara, así como la pintura “El amor es como un oso polar en primavera”, del muy interesante David de las Heras, artista cuyas influencias parecen pivotar entre el hiperrealismo y el expresionismo, y que aquí consigue proyectar un auténtico torbellino de sugerencias históricas y psicológicas sin asomo de grandilocuencia, generando una atmósfera de auténtico desasosiego.
Hablábamos al principio de estas líneas de volver la vista atrás. Por fortuna, la visita a la sala Rekalde alienta la realización del ejercicio: así, un mural permite contemplar el trabajo de los seleccionados en las ediciones anteriores. Conviene prestarse al juego, para después no perder de vista este último Ertibil durante el resto de su periplo.
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