miércoles, 16 de junio de 2010

Balenciaga en Bilbao



Vaya por delante que la exposición dedicada por el Museo de Bellas Artes de Bilbao al modisto Cristóbal Balenciaga era una excelente idea. En vista de los retrasos sufridos por el museo de Guetaria –qué lamentable todo lo relacionado con el cutre affaire y sus cutres protagonistas-, aprovechar los fondos de la Fundación para ofrecer al público un breve vistazo sobre el mundo creativo de uno de los pocos genios de la moda con los que de verdad puede emplearse tal denominación, resulta justo y oportuno. Así que, después de haber presenciado la muestra, mi única pregunta es: ¿por qué se ha boicoteado la obra del creador guipuzcoano con un montaje tan inmoderadamente atroz? ¿Qué sentido tienen esas aparatosas burbujas y tubos de metacrilato que distorsionan su contenido y reflejan las luces dificultando la visión de las piezas, de esos absurdos aros de neón colocados a la altura justa para maximizar la molestia visual, de esos paneles luminosos que proyectan su mortecina iluminación azulada sobre las telas, haciéndolas indistinguibles? De verdad que todo es una aberración conceptual y un sinsentido estético. Esperemos por tanto que el futuro museo Balenciaga no se base en su suicida precedente bilbaíno.

Como contraste, propongo una visita a la exposición sobre Fortuny en el madrileño Museo del Traje. Una auténtica maravilla que sí nos enseña algo sobre el otro gran modisto español de la historia. Visita obligada.

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