jueves, 25 de junio de 2009

Lo que es un asador


La pasada semana tuve ocasión de huir del asfixiante calor madrileño y dar una vuelta por el norte de España. Primera parada: Santiago de Compostela. Preciosa ciudad, fantástico clima (mientras yo estuve allí), estupenda comida. Segunda parada: Bilbao. Que me recibió con cielo gris y llovizna, aunque a lo largo del fin de semana la situación fue mejorando razonablemente. No me importaba mucho: lo que sea, antes que las insufribles temperaturas de la capital.

Entre los descubrimientos del fin de semana, tengo que citar un asador llamado Etxebarri, situado en el minúsculo pueblo vizcaíno de Axpe-Marzana, y del que antes ni siquiera había oído hablar. Acabé comiendo allí el sábado por recomendación de una persona llamada Alejandro Muguerza, ovni hiperinformado que vive entre Miami, Londres y Markina (¡!) y que por méritos propios acabará ganándose una entrada completita para él solo en este blog. Alejandro nos había dicho que Etxebarri es el mejor asador del País Vasco, y aunque no he estado en todos ellos para confirmar si tal afirmación es cierta, debo decir que no me extrañaría nada. Cada uno de los platos de la comida (croquetas, ensalada de bacalao y verduras asadas, pulpitos a la brasa, chuletón y tostada de pan con helado de chocolate) era perfecto, insuperable. Literalmente: se trataba de las mejores croquetas que había probado, la mejor ensalada de bacalao, y así sucesivamente. Agradecí especialmente que la chuleta, perfecta de punto y de una ternura increíble, con toda su grasa delicadamente infiltrada en la proteína (“y con todo su sabor a vaca vieja”, se relamía Alejandro), no llegara a la mesa en uno de esos espantosos tochos de cerámica que se supone que ayudan a mantenerla caliente, pero que en realidad lo que hacen es achicharrar la carne y ahumar a los comensales.

Todo ello en un entorno fantástico, todo lo bucólico y pastoril que uno puede esperar del emplazamiento. Impresionante experiencia: repetiré, espero.

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