Ayer fui al cine y vi una película repugnante.
Se trata, además, de una película de la que se prevé que va a arrasar en los próximos Oscars, después de haberse llevado ya todos los premios preparatorios. Aunque en mi opinión formalmente no sea más que un cochambroso conjunto de planos que ofrece un tratamiento visual de vídeo clip de reggaeton a un argumento que parece pretenderse una fusión entre Charles Dickens y Corín Tellado, su éxito no me sorprende en absoluto. El cochambroso conjunto de planos está fabricado de principio a fin con una astucia maquiavélica de cara a su verdadero objetivo, que es barrer en los premios y recaudar un pastizal. Casi da miedo, en su implacable efectividad que pasa como una apisonadora por encima de cualquier escrúpulo de caracter ético. Tan efectiva resulta que apenas he escuchado mención a este tipo de consideraciones morales en ninguna crítica de medio de comunicación alguno.
Tras salir del cine, no pude dejar de pensar en las palabras de Jean-Luc Godard en los años 60. "Un travelling es una cuestión de moral", dijo. La frase venía a colación de una apasionante polémica en la que estaban implicados el director y crítico Jacques Rivette, su colega Gillo Pontecorvo y "Kapò", película dirigida por este último. En mi próximo texto dentro de este mismo blog contaré esta historia que, me temo, hoy en día no podría repetirse.
Por lo demás, esta entrada será breve porque no quiero seguir hablando del asunto. ¡Ah, sí! Pese a todo, la visita a los cines Princesa de Madrid mereció la pena: los espectadores pudimos presenciar al fin el tráiler de "Los abrazos rotos", el último Almodóvar, que se estrena en marzo. Buenísima pinta.
5 comentarios:
Pero... ¿De qué película estás hablando...?
No quiero ni nombrarla. Pero las pistas son bastante evidentes.
Para ser más precisos: es la que dentro de una semana va a llevarse el Oscar a la mejor película.
Hola creo que has creado una nueva modalidad de juego...
"Adivina de que peli hablo"
Voy ha probar suerte es:
Slumdog Millionaire
Como te decía, no quiero nombrarla, y decirte que SÍ, ESA ES sería hacerlo de algún modo.
Pero el objetivo de todo esto no era crear un juego, simplemente no infectar mi blog con el nombre de esa inmundicia.
Menos mal que no era "Pepe, vente pa Alemania" porque a mí me encantó.
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