miércoles, 12 de noviembre de 2008

De bares

Interior de "La Venencia", en Madrid. Como en casa... o mejor.


Pocas cosas en la vida me reconfortan tanto como ir a bares. Cuando viajo a alguna ciudad, trato de conocerla a través de las especificidades de sus tabernas y locales de copas. Como en todo, en lo que se refiere a los bares también tengo mis manías. Por ejemplo, suelo apreciar los bares de los hoteles (no así sus cafeterías y restaurantes, que detesto). Por lo general, no me gustan en un bar los grandes ventanales que dan a la calle: considero que en este tipo de establecimientos es importante una cierta intimidad, un cierto recogimiento. En cuanto a la estética, la madera y el latón son bienvenidos, aunque cualquier entorno que no agreda visualmente me parece bien.

Los tres bares que más me gustan están en Madrid. Uno se llama La Venencia, y se encuentra en la calle Echegaray. Otro, Stop Madrid, en Hortaleza. Cock, el tercero, se ubica en la calle Reina. Son muy distintos entre sí: cada uno de ellos es más apropiado para un momento distinto del día; las especialidades, el tipo de decoración y el ambiente tampoco tienen nada que ver. Pero en todos ellos me siento a gusto, como si por algún motivo que posiblemente nunca llegue a averiguar fueran mi lugar natural.

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