martes, 19 de octubre de 2010

Fellini en Caixaforum


El CaixaForum de Madrid presenta estos días una exposición dedicada al director de cine italiano Federico Fellini, fallecido hace diecisiete años (¡ya!). La muestra no es gran cosa, y realiza una aproximación bastante superficial al universo felliniano, de manera que seguramente decepcionará a los auténticos aficionados, aunque para quien no sepa mucho sobre el personaje en cuestión resulta pasablemente didáctica. En general, no descubre nada en particular sobre Fellini, y se queda algo corta a la hora de reflejar los principales valores de su personal talento.

Fellini nunca ha sido uno de mis directores favoritos, aún reconociendo su genialidad. Sus películas no me gustan en el mismo sentido en que me gustan por ejemplo las de Buñuel, o las de Bergman, o las de Hitchcock. Mientras las veo no me siento arrebatado, repleto de esa emoción que parece originarse en la boca del estómago y extenderse a partir de ahí a todo el cuerpo, que se entrega encantado a la experiencia. Lo que a cambio sí hago es admirar el evidentísimo torrente de creatividad de quien está detrás del artefacto, que a veces me deja casi sin respiración. Hay planos y secuencias enteras en “Ocho y medio”, “La dolce vita”, “Giulietta de los espíritus”, “Roma”, “El jeque blanco”, “Amarcord”, “Satyricon” o “E la nave va” que son un auténtico tour de force de imaginación y grandeza estilística. Y, sin embargo, admito que a menudo me quedo algo frío, como si hubiera una barrera invisible e impenetrable que me franqueara el paso del mundo felliniano. Por otro lado, Fellini no prestaba en sus guiones demasiada atención a lo puramente narrativo, tendiendo demasiado a la dispersión, lo que encuentro que perjudica al resultado final al dejar al espectador con cierta sensación de deriva durante algunos tramos de sus trabajos.

En fin, no sé. Intuyo que quizá con el tiempo Fellini llegue a gustarme de verdad. Ya me ha ocurrido antes.

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