jueves, 11 de marzo de 2010

Frustrante academicismo


“An Education” presenta desde su mismo inicio (escenas de la vida cotidiana de una inteligente y sabihonda estudiante británica en su último año escolar) todos los síntomas de ser una película académica y sin vida. A medida que la historia va avanzando con el encuentro entre la jovencita y un grupo de vividores superficiales pero llenos de glamour y la seducción que una nueva alternativa vital ejerce no sólo sobre la protagonista sino también sobre su entorno inmediato (padres, amigas), uno alberga ocasionales esperanzas de que, animada por los derroteros del argumento, la puesta en escena alce el vuelo por encima de su mediocridad pretendidamente funcional, del costumbrismo del tres al cuarto. La esperanza es en vano. La directora nórdica Lone Scherfig arruina por completo las (limitadas, pero no inexistentes) posibilidades de la historia que está contando para dar lugar a una película corta de miras, que da una frustrante impresión final de historieta sin demasiado interés, cuando no tenía por qué haber sido así.

Carey Mulligan, nominada (y perdedora) al oscar a la mejor actriz en la última edición de estos premios, está bastante bien, pero su personaje se sostiene a duras penas, no dando jamás la impresión de ser otra cosa que una pura fantasía de guionista o una sublimación autobiográfica. Del resto hay poco que decir, a excepción de unas disfrazadas Olivia Williams y Emma Thompson: fatal las dos.

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