jueves, 7 de abril de 2011

Pues si esto es un mundo mejor...


En un mundo mejor”, de Susanne Bier, ha sido la elección de los académicos para el último oscar a la mejor película en lengua no inglesa, en una edición en la que también competían, entre otras, “De dioses y hombres”, “Uncle Boonmee” (que ni siquiera fueron nominadas finalmente) o “Canino” (que sí lo fue, para sorpresa de todos). Que una obra mediocre gane este oscar (o cualquier otro, en realidad) no es ninguna novedad. Además, el tipo de película que constituye resulta material de este premio de principio a fin.

Desde las primeras imágenes, todo queda dicho: un vehículo de cooperantes irrumpe en campamento africano de refugiados, y tras él corre una bandada de niños alborozados mientras la música de percusión étnica asciende en la banda sonora. Imagen mil veces vista, tan tópica que sonroja. ¿Podría ser peor? Hay que esperar al final de la película para comprobar que sí, podría: las mismas imágenes, pero en ralentí, son las elegidas por Bier para cerrar la cinta. Entre estos dos escalofriantes momentos, la estética y el tono de spot de Acnur son reemplazados por casi dos horas de telefilme de qualité. Guión previsible donde todo está tan medido que supura artificiosidad narrativa, puesta en escena efectista y sin imaginación, gravedad ambiental como de oficio luterano, actores en modo “naturalismo trascendente”, torpe comparación entre las sociedades del tercer y el primer mundo, superficial análisis de la familia, la educación, la herencia y los mecanismos de la venganza. Todo esto es lo que ofrece “En un mundo mejor”, y lamentablemente la oferta está muy lejos de ser una ganga.

La cinta de Bier recuerda a cierto tipo de dramas familiares que tuvieron mucho predicamento en Estados Unidos a finales de los años 70 (desde "Kramer contra Kramer" hasta "Gente corriente"), pero aquéllas, sin ser obras maestras, estaban realizadas con muchísimo más gusto, y sobre todo se atrevían a llegar bastante más lejos en sus premisas. El melodrama cobardica, que pretende disfrazar de pudor su auténtica falta de valentía, es una de las peores cosas que pueden verse en una pantalla.

"En un mundo mejor" sólo es un ejemplo más de este especimen totalmente prescindible.

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