lunes, 28 de diciembre de 2009

Cosecha de 2009


Para que después no me acusen querer mal al cine español, de sentir animadversión gratuita (de gratuita nada, en todo caso: ¡que he pagado religiosamente mis siete euros y pico de entrada para aburrirme como una ostra viendo “Agora”!) hacia la cinematografía nacional, lo diré alto y claro: de todas las películas que se han estrenado este año en nuestro país, la que más me ha gustado era española. ¿Hace falta que diga cuál es? Bueno, pues por si acaso lo diré.

Los abrazos rotos” es para mí, con diferencia, la mejor cinta de 2009. La he visto dos veces, y aún repetiría encantado antes de que llegue el 31 de diciembre. De una riqueza conceptual y una creatividad formal asombrosas, no negaré que también encuentro en ella baches y descompensaciones. “Los abrazos rotos” no es una película perfecta; es algo mucho mejor, una gran obra generosa y sincera, una cinta única que sólo un genio podría ejecutar de la forma en que se nos presenta en su configuración final.

Del mismo modo podría describir las otras dos películas que compartirían mi podio cinematográfico del año. “Tetro” de Coppola y “Malditos bastardos” de Tarantino son, cada una a su manera, empresas megalómanas y autoconscientes, llenas de excesos y carencias, pero también dos muestras puras de la genialidad y el hálito creativo de sus autores, lo que basta a mis ojos para hacerlas apasionantes.

La cosecha de este año ha sido soberbia. Me basta este trío de ases para afirmarlo con rotundidad. Si cada temporada se estrenaran tres películas como éstas, podrían llevarse tranquilamente todos los “El lector”, todos los “Revolutionary Road”, todos los “Agora” del mundo, todos esos guiones tersos y relucientes, correctamente interpretados y filmados con monería y gazmoñosa aplicación, y guardarlos en el baúl más recóndito del desván, bien preservados entre bolitas de alcanfor, porque ése es en realidad el lugar más apropiado para ellos. La sala de cine quedaría así para Almodóvar, para Coppola, para Tarantino, y para otro medio centenar de autores que, afortunadamente, aún pululan por el medio cinematográfico.

NOTA: Otras buenas películas que se han estrenado este año que termina: “Singularidades de una muchacha rubia”, de Manoel de Oliveira; “La clase”, de Laurent Cantet; “Un cuento de Navidad”, de Arnaud Desplechin; “Gran Torino”, de Clint Eastwood; “Si la cosa funciona”, de Woody Allen, y "Still Walking", de Hirozaku Kore-Eda. También nombraré aquí el “Anticristo” de Lars Von Trier, película que encuentro globalmente fallida pero tan valiente, honesta y bien filmada que no puede pasarse por alto.

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